Hay aprendizajes que se hacen sin que apenas nos demos cuenta, y otros que necesitan un poco más de acompañamiento 💞. El inglés, para muchos niños, entra dentro del segundo grupo.
En las etapas de infantil y primaria, el idioma se presenta en las aulas con juegos, canciones y vocabulario cotidiano. A simple vista, puede parecer que todo va bien: tu hijo canta en inglés, hace fichas y repite palabras sueltas. Pero ¿realmente está entendiendo? ¿Está construyendo una base sólida para el futuro?
No todos los niños se sienten cómodos con el inglés al mismo ritmo. Algunos lo viven con naturalidad, y otros lo van rechazando poco a poco sin decirlo abiertamente 🙊. Y aquí es donde, como madres y padres, necesitamos mirar con más atención. No para preocuparnos, sino para prevenir.
Porque cuanto antes se detecta una dificultad, más fácil es transformarla en una oportunidad 🌱.
En este post vamos a intentar responderte todas esas dudas que pueden surgir a un padre o una madre en torno a este tema. ¡Comenzamos!
¿Cómo saber si mi hijo necesita clases particulares de inglés?
La pregunta es tan común como necesaria. Y no tiene una única respuesta. A veces, las notas no reflejan toda la realidad. Un notable puede esconder inseguridad al hablar. Un «lo entiendo, pero no sé decirlo» 🫨 repetido una y otra vez puede estar pidiendo a gritos refuerzo. En muchas ocasiones, los niños no saben verbalizar su frustración, pero su lenguaje corporal, su actitud o su desinterés hablan por ellos.
Por eso es clave observar ciertos comportamientos: si evitan actividades en inglés, muestran nerviosismo al hablar en clase, copian sin entender, o se quedan en blanco ante una pregunta oral. Estas son algunas de las formas en que los niños manifiestan que no van bien, aunque no lo digan con palabras. ¿Te suena familiar?
Señales que no siempre se ven (pero importan)

¿Cómo detectar si tu hijo necesita refuerzo escolar en inglés en primaria o infantil?
Observa con atención estos indicadores:
- Cambios de actitud ante los deberes de inglés: pasan de entusiasmarse a evitar.
- Comentarios como «es muy difícil», «no me gusta» o «no lo entiendo».
- Se comparan constantemente con otros compañeros.
- Muestran bloqueos en ejercicios de listening o speaking.
- No recuerdan vocabulario aprendido recientemente.
- Se frustran con facilidad o pierden la motivación.
Estas señales, especialmente en niños pequeños, pueden parecer minucias, pero juntas forman un mapa muy revelador 🚨. No es raro que un niño odie el inglés simplemente porque se siente perdido en clase, y cuando eso ocurre, lo último que necesita es más presión. Necesita comprensión, estrategias, y sobre todo, un entorno donde pueda volver a sentirse capaz.
¿Es normal que mi hijo no entienda bien inglés en clase?
Sí, puede ser normal, pero no debería mantenerse en el tiempo. En las primeras etapas, muchos niños necesitan tiempo para asimilar el ritmo de una clase 100% en inglés. Pero si esta dificultad se mantiene durante meses y se combina con una actitud negativa o un rendimiento desigual, es el momento de actuar.
¿A qué edad es recomendable apuntar a mi hijo a inglés?
Cuanto antes, mejor. El periodo de mayor plasticidad cerebral ocurre entre los 0 y los 7 años. A lo largo de estas edades, los niños pueden adquirir un segundo idioma con una naturalidad asombrosa, siempre que estén expuestos al inglés en un entorno adecuado.
Por eso, sí, vale la pena meter a tu hijo en una academia de inglés desde los 3 años. No se trata de adelantarse al colegio, sino de acompañar ese aprendizaje con experiencias de calidad: grupos reducidos, docentes especializados ¡y nativos! 💂, y metodologías activas que prioricen la comunicación oral. Es la diferencia entre saber «inglés de libro» y saber inglés para la vida.
¿Es suficiente el inglés del cole o necesita algo más?
Los centros escolares hacen un gran esfuerzo por incorporar el inglés en el día a día, pero con grupos numerosos y poco tiempo semanal, muchas veces el avance real es limitado. Si tu hijo necesita consolidar lo aprendido, mejorar su pronunciación o ganar soltura al hablar, la academia se convierte en una herramienta esencial.
Una academia de calidad especializada ofrece una atención mucho más personalizada, con actividades adaptadas al ritmo de cada niño. Y sobre todo, ofrece continuidad. Porque en idiomas, lo que no se practica, se olvida.
El inglés, cuanto más temprano, más natural
Aprender inglés desde infantil tiene ventajas que muchas veces se pasan por alto. La música, el juego, la imitación de sonidos… todo está a favor de un aprendizaje sin esfuerzo, como lo haría un niño nativo. Por eso, los programas de inglés tempranos son una inversión pedagógica.
Además, a medida que los niños avanzan en primaria, las exigencias aumentan: listening, reading, grammar… Y si no hay una base sólida, aparecen las lagunas 🤯. Es ahí cuando el inglés se atraganta 😵💫, cuando empiezan los bloqueos y las inseguridades.
Mi hijo se frustra con el inglés, ¿qué hago?
Lo primero es comprenderlo. El inglés no se le da mal: simplemente necesita otra forma de aprenderlo. Una metodología adaptada, juegos que le devuelvan el placer de aprender, profesores que escuchen sus dudas sin juicio. En definitiva, un entorno donde volver a sentirse seguro. Una buena academia puede marcar esa diferencia emocional.
Y aquí viene la pregunta del millón: ¿Cómo saber si una academia de inglés es buena para mi hijo? ¡Resolver esta ecuación es más fácil de lo que parece!
Busca centros con grupos reducidos, docentes especializados en niños, comunicación fluida con las familias y una metodología activa donde hablar sea tan importante como escribir. En St. George, por ejemplo, todos nuestros profesores son nativos o bilingües acreditados y trabajamos con materiales propios, evaluaciones continuas y sesiones de speaking desde el primer mes.
¿Merece la pena invertir en una academia de inglés para niños?

Si lo que buscas es una formación que realmente les sirva para el futuro, la respuesta es sí. No hablamos solo de aprobar exámenes o sacar buenas notas. Hablamos de aprender a comunicarse, a entender otras culturas, a desenvolverse en un mundo cada vez más global. Y eso empieza en la infancia.
Ahora, con toda esta información tú decides el futuro de tu hijo.
No se trata de agobiarse ni de anticiparse a problemas que quizá nunca lleguen. Se trata de estar atentos. Porque muchas veces, lo que parece “normal” o “ya lo pillará más adelante” se convierte en una barrera real con el paso del tiempo. Y en el caso del inglés, esa barrera puede condicionar no solo sus notas, sino su confianza, su motivación… e incluso sus oportunidades futuras.
Apuntar a tu hijo a clases de refuerzo no es una solución de emergencia: es una apuesta preventiva. Un entorno seguro, en grupos reducidos, con profesores especializados y metodología adaptada a su edad puede marcar la diferencia entre aprender inglés de forma pasiva o construir una verdadera competencia lingüística que lo acompañe toda la vida ✨.
En St. George trabajamos con niños desde los 3 años, porque sabemos que cuanto antes se empiece, más natural se vuelve el inglés en su día a día. Y también sabemos que nunca es demasiado pronto -ni demasiado tarde- para hacer que un niño recupere la confianza en sí mismo 🌈.
Y si aún tienes dudas, recuerda: no estás solo en esto. Estamos aquí para ayudarte a tomar la mejor decisión para tu hijo.




